Empezar a ir al gimnasio puede ser abrumador y, aunque a la larga siempre valdrá la pena, es necesario dar un gran paso cuando eres novato. Por lo tanto, es importante empezar con el pie derecho. Lo último que quieres que pase es que adoptes malos hábitos que arruinen toda la experiencia, por no mencionar que te harían las cosas más difíciles.

Por ello, es importante que tengas cuidado y evites algunos errores comunes que causan problemas a quienes empiezan a ir al gimnasio y que son más fáciles de cometer de lo que imaginas, razón por la cual precisamente muchos terminan siendo víctimas de ellos. Sin embargo, si te aseguras de mantenerte atento para no cometerlos, podrás eludir experiencias desagradables y empezar a disfrutar de mantenerte en forma. Estos son algunos errores que debes evitar:

Tener una mala técnica

Levantar pesas es una excelente manera de ponerte en forma, pero hacerlo conlleva algunos riesgos. Si no usas una buena técnica, tu entrenamiento no será efectivo e, incluso, podrías lesionarte. Si planeas comenzar a levantar pesas —y, en especial, si combinarás este ejercicio con uno que involucre las piernas, como sentadillas o peso muerto—, debes asegurarte de que lo harás bien.

Puedes buscar tutoriales en internet, pero si decides tomar esta ruta, es una buena idea que primero intentes hacer los movimientos con un peso muy ligero para asegurarte de que te sientes cómodo. Otra alternativa es que podrías pagarle a un entrenador personal para que te ayude, tal vez durante unas pocas sesiones, hasta que te sientas seguro haciendo los ejercicios.

Ejercitarte de más o de menos

Es fácil que te excedas en el gimnasio intentando ejercitarte demasiado o que, por otro lado, vayas demasiado lento y no notes ningún cambio significativo en tu condición física. Debes asegurarte de que estás ejercitándote justo lo necesario para sentir los beneficios sin causar una lesión.

Cuando realices entrenamiento de fuerza, debes elegir un peso que puedas levantar entre 8y 12 veces sin problema como parte de tu secuencia y buscar completar tres secuencias por ejercicio. Si no aguantas hacer tres secuencias de ocho repeticiones, necesitas usar un peso más ligero, mientras que, si haces 12 repeticiones sin ningún problema en cada secuencia, necesitas aumentar el peso.

En cuanto al cardio, es un poco más difícil encontrar el punto intermedio, pero una buena regla general es elegir una velocidad que puedas mantener durante 25 minutos. Es probable que tardes un poco encontrándola, pero una vez que lo logres, puedes aumentar la dificultad yendo más rápido o incrementando el tiempo.

No tener una rutina en mente

Un buen entrenamiento en el gimnasio debe poner a prueba tu capacidad física todo el tiempo, ya sea con ejercicios de fuerza, una buena rutina de cardio o una combinación de ambos. Si llegas sin ningún plan, es probable que omitas algunos elementos y hagas un entrenamiento ineficaz.

Además, el tiempo que pasas paseándote por el gimnasio mientras piensas qué sigue es tiempo perdido. Asegúrate de sacar el mejor provecho de tu entrenamiento planeándolo por anticipado para que sepas exactamente qué hacer cuando estés ahí.

Estancarte

Cuando empiezas, con suerte, encontrarás los ejercicios de levantamiento de pesas y cardio que mejor se ajusten a tus necesidades; sin embargo, es común encontrar personas que los practican a largo plazo en lugar de variar, lo que provoca que progresen rápidamente al inicio, pero que no tarden en estancarse.

Siempre debes ponderar si es conveniente que aumentes la dificultad añadiendo más peso o sumando cinco minutos al tiempo que pases en la caminadora. Da lo mejor de ti sin hacer un esfuerzo excesivo para llegar al siguiente nivel del entrenamiento.

Olvidar descansar

Si comienzas a progresar en el gimnasio —o esperas hacerlo—, puede parecer tentador ir todos los días para obtener resultados tan pronto como sea posible. No obstante, seguir este camino podría llevarte al efecto contrario, es decir, frenar tu progreso porque tu cuerpo ya no tiene energía.

Los periodos de descanso son en extremo importantes, gracias a ellos tus músculos se restauran y pueden dar el máximo en el gimnasio. Si no descansas, pronto notarás que solo puedes ir a la mitad de tu capacidad, y entrenar a medias nunca será tan bueno como entrenar al máximo.